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pedagogia

miércoles, 16 de junio de 2010

¿Qué responsabilidad tiene la autoridad escolar?


La violencia es un fenómeno creciente en los planteles educativos. Ha dejado de ser noticia que en las escuelas haya niños o jóvenes que se comportan agresivamente con sus compañeros y maestros, que llevan armas escondidas, que venden y consumen drogas, o que roban a otros estudiantes. ¿Hasta qué punto la escuela asume responsabilidad ante esta problemática? ¿Por qué los planteles son frecuentes escenarios de hechos violentos? ¿Puede la educación modificar estas tendencias?


La violencia escolar la podemos definir como cualquier relación, proceso o condición por la cual un individuo o grupo viola la integridad física, social y/o psicológica de otra persona o grupo en el espacio educativo, generando una forma de interacción en la que este proceso se reproduce. En otras palabras, es obligar a otra persona utilizando la fuerza o la amenaza a realizar un acto o a tomar una decisión en contra de su voluntad.



Miles de alumnos viven condiciones que constituyen formas de violencia incorporadas a su vida cotidiana, es un problema creciente que está afectando el desempeño escolar de los niños y jóvenes, pues han tenido que entrar en una nueva dinámica que en lugar de garantizar su tranquilidad, les ocasiona un desequilibrio en sus actividades de enseñanza-aprendizaje. Habría que preguntarse ¿hasta qué grado ha crecido el problema que se ha llegado a tratar a los alumnos como presuntos delincuentes?, esto como parte de un señalamiento crítico por parte de los padres de familia al Programa de mochila (D.F.)




La pobreza, el desempleo, la falta de alimentos, el alcoholismo y la drogadicción son generalmente identificadas comos las causas de la violencia, pero en realidad deben considerase como factores que concurren a la generación de ella, manifestándose, ya sea material o simbólicamente, a través de los golpes o bien de la segregación. Este tipo de hechos violentos, por lo general, tienen su inicio en relaciones familiares y escolares caracterizadas como violentas, que van conformando patrones de interacción y aprendizaje para la resolución de conflictos por parte de los sujetos que las han sufrido en su niñez, de ahí la importancia de poner atención a lo que sucede en nuestros planteles de educación básica del país.
La violencia escolar es un fenómeno que debe ser asumido de manera conjunta por los gobiernos federal y estatal, las autoridades educativas, los docentes, los padres de familia y los propios alumnos que tienen derecho a ejercer su voz, para establecer acciones preventivas, más que correctivas.

El estudio de la violencia debe servir para comprender algunas dinámicas que se presentan en la escuela, y una oportunidad para que la institución se convierta en un espacio a partir del cual se generen nuevas estrategias y relaciones de convivencia. Sin embargo, ante una tema tan complejo aparece una enorme dificultad, por un lado, está la tendencia a la resignación, y en el peor de los casos a negarla como problema grave y latente, y por otro, un esfuerzo centrado en desentrañar los ambientes y dinámicas escolares con la finalidad de producir un cambio, mediante el acuerdo de voluntades conscientes y dispuestas a modificar las condiciones que posibilitan la violencia, empezando desde la escuela, las aulas y el trabajo docente cotidiano.





http://www.observatorio.org/comunicados/debate011_3.html












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